Norberto Madurga fue uno de los héroes de aquel Boca campeón de 1969 en la primera edición de la Copa Argentina. En la final anotó uno de los tantos con los que su equipo derrotó a Atlanta por 3 a 1. Además, este ídolo de nuestro fútbol fue autor de los dos goles históricos que el Xeneize le marcó a River el 14 de diciembre de ese año, cuando el conjunto que dirigía Alfredo Di Stefano dio la vuelta olímpica en el Monumental tras empatar 2 a 2. Fue tal la repercusión de su figura, que en 1970 su casamiento fue televisado.

Madurga recordó que participaron todos los clubes de Primera División a excepción de River Plate, Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata. Además, afirmó que se sumaron 13 equipos del interior del país. Algunos de ellos fueron Altos Hornos Zapla de Jujuy, Guaraní Antonio Franco de Misiones y Sarmiento de Santiago del Estero.

Con respecto al certamen, dijo: "Fue una iniciativa de J. Armando, en ese entonces el presidente de Boca. Quería darle un impulso a los jugadores y a los clubes del Interior".

"Me acuerdo que viajamos por el Interior. Fuimos a Tucumán a jugar contra Atlético, y a Santiago del Estero a enfrentar a Sarmiento de esa provincia. A Santa Fe también, para ganarle a Colón en la semifinal", dijo Madurga.

Sobre la trascendencia de la competencia por aquellos tiempos, recalcó: "Nosotros le dimos mucha importancia a la Copa. La tomamos muy en serio. Y hoy está considerada en el club como un titulo más".

Aquella final con Atlanta se jugó en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, en la cancha de San Lorenzo de Almagro, donde el club con la camiseta azul y oro hizo de local. "Todavía recuerdo como se movían esos tablones cuando la gente saltaba y gritaba. Tuve la suerte de convertir luego de un pase en profundidad, ganándole al defensor. Antes de entrar al área definí por el costado derecho del arquero. Un lindo recuerdo el de ese año", comentó el ex volante de Atlanta y la Selección nacional.

El director técnico de ese equipo era nada menos que Alfredo Di Stéfano. "Él siempre nos decía que tratemos de explotar nuestras condiciones. Trabajaba sobre la moral y las condiciones del jugador. Siempre comentaba que no importaba el rival, que no sabía ni el nombre de los contrarios, que él confiaba en nuestras características para ganar los partidos. Que si estábamos concentrados, no había forma de ganarnos", dijo con nostalgia el ex mediocampista.

"Ojalá que el que gane esta Copa sienta la misma alegría que sentimos nosotros cuando lo hicimos aquella tarde en el Viejo Gasometro. Es una experiencia muy linda para el jugador de fútbol", cerró el Gran Madurga.