Las lágrimas fluyen en el rostro de un emocionado Cristian Campestrini, nuevamente protagonista de un logro en Arsenal. Cuando llegó en 2008 al conjunto del Viaducto, es difícil que se hubiese imaginado un futuro caracterizado por los títulos locales. Ya lleva tres y de distinta gama: a los del Clausura y la Supercopa Argentina 2012, le sumó la Copa Argentina Sancor Seguros, después de una Final perfecta ante San Lorenzo que concluyó con un apabullante 3-0.

“La entrega de este grupo es para remarcar, siempre deja todo en cada encuentro y eso tiene sus frutos”, expresó el arquero, que volvió a un estadio donde había vivido el momento más impactante de su carrera el año pasado: con tres tapadas, brilló en la serie de penales ante Boca que coronó a Arsenal en la Supercopa Argentina. Justamente, el conjunto del Viaducto se ganó el derecho a defender ese título mediante la consagración en la competencia integradora.

Al momento del análisis, Campestrini no escatimó elogios hacia su rival en la definición: “Era partido muy complicado, sabíamos la dificultad del rival, pero nos salió todo redondo. Hay que felicitar a ambos equipos por haber llegado a esta instancia trascendental, ya que muchos conjuntos disputaron este certamen y no era fácil alcanzar la definición”. La realidad marca que Arsenal logró un título por el que pelearon 224 equipos de las distintas categorías del fútbol argentino. Después de 223 partidos en 12 instancias, el equipo de Sarandí se quedó con el trofeo que había levantado Boca en la pasada edición.

“Tengo una felicidad enorme por lograr un nuevo título en Arsenal. Fue muy emocionante lo que vivimos este miércoles, ahora hay que pensar en los próximos partidos”, continuó, siempre reflexivo y con el hambre intacto: sabe que Arsenal es protagonista del Inicial (invicto, se ubica como escolta, a tres unidades de Newell’s) y que tendrá la posibilidad de dirimir la Supercopa Argentina contra Vélez. También obtuvo el pasaje a la próxima Libertadores, una cuenta pendiente para el conjunto del Viaducto.

Cuando tuvo que definir la principal característica del Arsenal campeón, el arquero de 33 años fue elocuente: “Fuimos contundentes y disputamos cada partido con el corazón. Esa es nuestra virtud”.