"A Messi y Agüero se les complicaría parar la pelota en el Argentino B"
Matías Manrique, ex defensor de Independiente, Arsenal y Huracán, juega en Leonardo Murialdo, uno de los 62 equipos que debutará en la Copa Argentina 2013/2014. El mendocino volvió al club que lo vio nacer y le contó al Sitio Oficial cuáles son las dificultades de la categoría que desde la próxima semana abrirá la nueva edición del torneo integrador.
Matías Manrique conoció el fútbol desde los dos costados. Tuvo todo a su alcance en la Primera División con la camiseta de un gigante como Independiente y también debe incidir en el día a día de un equipo humilde como Leonardo Murialdo, que participa en el Argentino B desde esta temporada y, además, jugará la Copa Argentina. Marcador central zurdo, recordó su etapa en la máxima categoría y contó por qué decidió finalizar su carrera en el Interior. Además, resaltó cómo debe desenvolverse en una categoría con 136 equipos y miles de sueños por prevalecer.
Las lesiones le jugaron una mala pasada. Sufrió tres roturas de ligamentos en la rodilla y debió ser operado de la columna. Sin embargo, y cuando había decidido retirarse de la actividad en 2010, Leonardo Murialdo le devolvió las ganas de jugar: “Me crié acá, nací al lado de la sede y tengo un sentimiento especial por el club. Me instalé en Mendoza y también tuve un paso por Andes Talleres, otro club del Argentino B. Surgió esta chance y me decidí por los compromisos que tiene el equipo”.
Uno de los desafíos del equipo mendocino será la Copa Argentina. La instancia será la Fase Preliminar Regional I y el rival será Gutiérrez. Además, aparece en medio los compromisos por el Torneo Argentino B, una categoría a la que Manrique calificó como “complicada, aunque atractiva por lo que hay en juego”. El defensor agregó que “a Messi y Agüero se les complicaría parar la pelota en esta categoría. Este torneo permite que todos mantengan vivos sus sueños, al igual que la Copa Argentina”.
Leonardo Murialdo es un club de fútbol que arraiga diferentes disciplinas deportivas. Tiene, por sobre todas las cosas, un lado social que invita a mucha gente de la región a sumarse. Manrique tiene sentido de pertenencia para tomar decisiones que influyen en la vida diaria de la institución. “Tengo canchas de papi fútbol en la sede del club y me encargo de administrarlas. Juego por lo que disfruto en el día a día”, expresó el defensor, con relación a la motivación que le genera disputar una categoría inferior, tras haber conocido los lujos que otorga la Primera División. Con los ahorros, Manrique fundó una empresa de cartelería y una agencia de viajes.
“Lo que le pasó a Independiente se veía venir desde que yo me fui”, expresó Manrique, quien debutó en el Rojo en el 2000 y se fue del club un semestre antes de que el equipo que dirigía Américo Gallego se consagrara en el Apertura 2002. El motivo de su salida fue porque Gabriel Milito estaba listo para regresar a las canchas y lo reemplazó, tras recuperarse de una rotura de ligamentos. Así, el nuevo equipo del defensor fue Arsenal: “Tuve varias etapas, viví momentos malos y buenos, aunque uno siempre trata de recordar estos últimos. Lo vivido allí no me lo saca nadie”. Sin embargo, tal como él dijo, la situación institucional entró en declive cuando empezaba a conocer la Primera División y el estallido se produjo con el descenso a la B Nacional: “Se veían cosas que no eran lindas. Algunas ni siquiera salieron a la luz. No era el manejo que debía tener un equipo grande.
Tras debutar en Primera con Enzo Trossero y Néstor Clausen, fue Osvaldo Piazza quien le dio continuidad. Compartió equipo con Diego Forlán, Sergio Agüero y Fernando Cáceres, entre otros. Soñaba en aquellos tiempos con un futuro promisorio, pero el destino lo ubicó en Arsenal, en Huracán, en el fútbol uruguayo y en el chileno: “Uno siempre soñó con algo más. Hice todo lo que tuve a mi alcance, pero las lesiones me jugaron en contra. Con algunos de mis ex compañeros sigo hablando”.
El 1° de noviembre Matías Manrique cumple 33 años. Y tiene como deseo que el club que él mismo vio crecer dé un salto de calidad con su participación en la Copa Argentina. Tras haber vuelto a su primer amor, el mendocino sueña con que el nombre de Leonardo Murialdo empiece a ser escuchado por sus hazañas en la competencia integradora.
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