“La clave de este Newell’s es la confianza”
El entrenador Gerardo Martino contó la característica ganadora del campeón del Torneo Final. En una charla intimista con nuestro sitio, dijo que el club rosarino es como su segunda casa y es lo más importante que le pasó en la vida, después de su familia. La Lepra enfrentará a Vélez, este sábado a las 18, en el estadio Malvinas Argentinas, por la Final de la Temporada.
La nota exclusiva con Gerardo Martino
En una charla con el Sitio Oficial, Gerardo Martino, DT de Newell’s, repasó su carrera y sus ideas como jugador y como entrenador. En la previa al partido decisivo con Vélez (sábado a las 18 en Mendoza), por la Final de la Temporada, el ex entrenador de la Selección paraguaya manifestó: “La clave de este Newell’s es la confianza. Es un grupo en el que podemos hablar libremente. Los problemas los resolvemos en la intimidad. Para lograr esto no necesariamente hay que ganar un título sino analizar toda la campaña”.
Martino confesó que en su etapa como jugador se establecía más metas que como entrenador. “Newell’s es una de las patas que tuvo que ver en mi formación. Después de mi familia, está Newell’s, es el club donde me crié. Pero al mismo tiempo es el lugar que menos tuvo que ver en mi realización como técnico. El país que me formó como entrenador ha sido Paraguay”, aclaró el DT campeón del fútbol argentino.
-¿Qué es Newell’s en tu vida?
-Como persona, Newell’s es una de las patas que tuvo que ver en mi formación. Después de mi familia está Newell’s, es el club donde me crié. A los once años ya estaba en el club, pasé por todas las inferiores y tuve infinidad de entrenadores y compañeros que me han ayudado. Esta institución no sólo tuvo que ver en mi formación como futbolista sino también en mi formación como persona. Lo que me pasa a mí es lo que le debe suceder a muchos muchachos que se criaron en Newell’s. Te inculcan las mismas cosas que tratan de inculcarte en tu casa.
-¿Cuál fue el lugar que más influyó en tu carrera como entrenador?
-Newell’s es el lugar que menos tuvo que ver mi formación como técnico. Si bien he tenido los más grandes entrenadores (José Yudica, Jorge Solari y Marcelo Bielsa, entre otros), yo tuve que salir del club para hacerme técnico. Las ideas que me inculcaron las tuve que iniciar en otro lado. El país que me formó como entrenador ha sido Paraguay, ya que fue tremendamente decisivo en mi carrera, a través de Libertad, Cerro Porteño y la Selección.
-¿Cuáles son tus claves para que el futbolista juegue convencido?
-A veces las cosas se van dando, fluyen y te vas sintiendo bien. Te vas comunicando con los jugadores y vas teniendo afinidad con ellos. Se fue dando todo rápidamente y desde el inicio. Para el entrenador hay un patrimonio muy grande que es que el grupo de jugadores le tenga confianza. La clave de este Newell’s es la confianza. Es un grupo en el que podemos hablar libremente. Los problemas los resolvemos en la intimidad. Para lograr esto no necesariamente hay que ganar un título sino analizar toda la campaña.
-¿Como entrenador tenés las mismas ambiciones que como jugador?
-No. Creo que como jugador fui estableciendo metas, sobre todo en el inicio de mi carrera. Y en su gran mayoría las cumplí. Me quedó como materia pendiente haber jugado un Mundial o haber sido un jugador de Selección más importante. En los últimos seis o siete años de mi carrera decayó mi idea de establecer metas. Como entrenador me van surgiendo las posibilidades de trabajo y no sé si las busco, las deseo y si me las planteo como meta. La única vez que me sucedió la idea de decidir un destino fue cuando quise volver a Paraguay para dirigir la Selección. Me fui de Colón y viajé a Asunción para ser el técnico de Libertad. Sabía que si me iba bien iba a ser el entrenador de la Selección en el Mundial. Para mí tiene mucha importancia el convencimiento que tiene la gente que me viene a contratar.
-¿Creés que podés llegar a dirigir a la Selección argentina?
-Mientras va avanzando mi carrera, me puedo sentir más lejos o más cerca. Está claro que el desarrollo de mi carrera me permite tener un tipo de expectativa. No significa más que eso. Sentir que podría ser. Hay un solo lugar en la Selección y afortunadamente hay buenos entrenadores.
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