A principios de 2009, Gabriel Christovao llegó a Alvarado de Mar del Plata, tras iniciar su carrera en Boca y pasar por varios clubes del Ascenso. Casi cuatro años después, el mediocampista central puede decir que encontró su lugar en el mundo futbolístico. Referente del equipo, fue partícipe clave de la reconstrucción del Torito, que retornó al torneo Argentino A y se metió en la Fase Final de la Copa Argentina Sancor Seguros. Para lograrlo, venció por penales a Argentino Agropecuario de Carlos Casares, en el estadio Mundialista José María Minella.

El año pasado estuvieron cerca de clasificar a la Fase Final y ahora lograron acceder a esta instancia.

Este año le estamos dando mucha importancia a la Copa porque se juegan varias cosas, poder jugar contra clubes importantes, el premio económico y también deportivo.

Ya estuviste del otro lado, en Boca. ¿Cómo fue la experiencia?

Muy lindo, es una experiencia única. Fueron tres años de mi vida hermosos, se conoce lo mejor del fútbol. Estuve rodeado de grandes jugadores, fue una experiencia inexplicable que solamente se puede vivir. Me costó después adaptarme a la realidad del ascenso, ahora encontré mi lugar en Alvarado.

Decís que encontraste tu lugar en Alvarado, donde estás hace cuatro años. ¿Cuál fue el motivo que te hizo consolidarte en el club?

Estoy muy contento en la ciudad, me encanta Mar del Plata. Nosotros tenemos una persona que lleva adelante esto que es Facundo Moyano, se comportó bárbaro conmigo. Estoy muy cómodo, por eso este año firmé por dos años.

¿Qué objetivo tienen para esta temporada?

Además de seguir avanzando en la Copa, pensamos en ascender a la B Nacional. Tenemos un gran plantel, pero debemos mejorar algunos aspectos: por ejemplo, conseguir una mayor cantidad de puntos como visitante. Está la chance, el equipo se mentalizó para subir de categoría.

En lo personal, ¿querés que sea una plataforma para volver a Primera, o preferís quedarte en Alvarado?

Estaría bueno probar en el exterior, es una materia pendiente que tengo en el fútbol. Ya tengo 30 años y no es tan fácil como antes, pero no pierdo las esperanzas. Hace un tiempo estuve cerca de viajar a Israel, me arrepentí sobre el final, y por ahí fue un error, aunque no me arrepiento de la decisión. Veremos qué ocurre cuando termina la temporada.