La extensa racha sin victorias que derivó en una caída de Almirante Brown a los puestos de descenso de la B Nacional generó que Felipe De La Riva se quede en Buenos Aires para preparar el encuentro del domingo ante Instituto. Gustavo De Giuli, ayudante de campo del entrenador, sabía cómo afrontar los encuentros de Copa Argentina, ya que sorprendió en la temporada pasada al llegar hasta 16avos. con Defensores Unidos, conjunto que milita en la Primera C. En esta oportunidad, consiguió el objetivo propuesto por el Mirasol: derrotó 2-1 a Independiente Rivadavia y clasificó a su equipo a la siguiente instancia de la competencia.

“Sabíamos que iba a ser un partido duro, con relevancia en los pequeños detalles. Supimos sacarles provecho a los errores rivales, encontramos un gol de pelota parada y sostuvimos la diferencia hasta el final. Es un triunfo muy importante, que sirve para distintos aspectos, sobre todo en busca de recuperar la confianza”, analizó De Giuli, antes de destacar la labor de sus jugadores en el estadio San Juan del Bicentenario: “Demostraron que no merecen pelear el descenso. Para ellos significó un desahogo fundamental porque hace mucho tiempo que no podían conseguir una victoria (dos meses desde el 2-1 contra Villa San Carlos por la B Nacional). Por suerte derrotamos a un rival difícil y esperemos sostener el rendimiento el domingo”.

Con la experiencia de aquella campaña en Defensores Unidos, el entrenador sabe que los partidos por la Copa Argentina “suelen presentarse de la misma manera. Parejos, con escasas situaciones y en los que un mínimo error puede significar la eliminación. Ojalá este plantel pueda superar mi actuación pasada y llegue mucho más lejos”. Además, Gustavo se refirió al hecho de que Juan Pablo Pereyra haya marcado el tanto decisivo para la clasificación: “Un delantero siempre tiene el objetivo de aportar con goles y, en su caso, sirve como motivación para recuperar el nivel y ganarse un lugar entre los titulares”.