“Llevé la pelota desde nuestro campo y en tres cuartos de cancha abrí para Sebastián Santos. Él prolongó el juego, me pusieron un centro y yo pude conectar la pelota de media volea. Fue un muy lindo gol”. A los 23 años, Elvis Palomeque, colombiano oriundo de Barranquilla, sintió de qué se trata eso de marcar un tanto en la Copa Argentina Sancor Seguros. Con su aporte, Tres Algarrobos venció 2-1 a Argentinos de Villa de Mayo y se clasificó a una nueva instancia de la competencian.

Palomeque se destacó en una faceta poco conocida para él. Lateral derecho como Juan Guillermo Cuadrado (jugador de la Fiorentina y de la Selección de Colombia) como modelo a seguir, se destacó en la competencia por su impronta para destrabar un encuentro entre dos equipos humildes que soñaban con dar el primer paso en la Copa: “Nos costaba encontrar resultados positivos pese a que en la Liga Local estamos en las Semifinales, donde enfrentaremos a Gonzalo Moreno”. Tres Algarrobos llegaba al partido con la presión que acarreaban cuatro empates y una derrota en el Argentino B: “Esperemos que esta victoria nos sirva para despegar en el campeonato”.

A Elvis Palomeque todo le costó el doble desde el mismísimo momento en que se fue de Colombia y abandonó a sus cinco hermanos (Gerson, Edwin, Yusuris, Yuranis y Mariano) y a sus padres (Mariano y Nancy) para embarcarse hacia un nuevo desafío en la Argentina. En su tierra había hecho inferiores en Junior de Barranquilla, también pasó por un club de Primera C llamado Boca Junior de Sociedad. Jugó en el club Embajadores y Autónoma de Segunda (cuyo propietario es Mauricio Serna) y también estuvo en un club de Bogotá llamado Monaguillos FC.

“Me vine a la Argentina sin club. Durante los primeros meses estuve en un centro de entrenamientos, entre tres meses practicando con la Primera de Chacarita pero no pude quedarme por decisión de la dirigencia”, expresó Palomeque, quien conoció en el conjunto de San Martín a un coordinador llamado Carlos Pereira que lo contactó para jugar en Tres Algarrobos.

Palomeque busca en Argentina lo que no consiguió en Europa. El Argentino B le abrió las puertas y su juventud es la herramienta más valedera para fantasear con un futuro promisorio: “Apenas supimos que íbamos a jugar la Copa, nos ilusionamos con la posibilidad de enfrentar a equipos importantes. Ojalá nos toque jugar contra alguno de Primera. Sería un sueño hecho realidad”.