Miguel Alba llegó a jugar en la reserva de River. Y mientras sus sueños espiaban el vestuario de Primera, la realidad lo obligó a volver a empezar. El marplatense, de 24 años, describió su situación cuando increíblemente fue dejado libre en 2009 por el Millonario pese a llevar nueve goles en los 14 partidos que jugó en la Cuarta División: “Estaba ilusionado y a punto de firmar contrato. En el momento en que empezaba a pensar en el futuro, me dieron salida. Si bien me puse triste, sabía que debía seguir. Tuve un par de ofertas de Corrientes y Jujuy pero preferí jugar en Unión de Mar del Plata. Sentí la obligación de volver a mi casa con mis afectos”.

Hoy, la realidad es diferente. Luego de aquel trago amargo y de un paso eficaz por el Argentino A, Alba llegó a Chacarita en la temporada 2011, y después se convirtió en una pieza clave de Douglas Haig en la B Nacional. Camino al partido de Preclasificación entre el Fogonero de Pergamino y Gimnasia La Plata, a disputarse este sábado a las 19, el delantero opinó: “Ellos tienen como objetivo el ascenso. Es un equipo muy poderoso. Me imagino un juego parejo”. Con relación al valor del certamen federal para los jugadores de las menores categorías, el oriundo de la Feliz expresó: “En cada partido de Copa hay alguien mirando y una nueva oportunidad. Para todo futbolista, es importante una competencia que aumente el desafío”.

El equipo de Pergamino viene de lograr el ascenso a mediados de 2012, pero actualmente tiene 18 puntos y está anteúltimo en la presente temporada.

Miguel Alba tuvo su minuto de fama en la fecha 11 de la B Nacional. Aquella tarde noche en Rosario frente a Central, Douglas Haig derrotó al equipo de Miguel Ángel Russo por 3 a 1, con dos goles del delantero. “Estuve iluminado y me sirvió para posicionarme en el equipo. En realidad, siempre intento jugar de la misma manera”.