El que se le anima a los grandes
Dálmine eliminó de la Copa Argentina a Armenio y a Platense. Y quieren seguir dando la sorpresa: “Somos guerreros, nos subestimaron. Podemos dar el golpe ante San Lorenzo”, afirma el mediocampista Marcos Jendrulek.
Villa Dálmine participa del torneo de la Primera C pero en la Copa Argentina se ha dedicado exclusivamente a eliminar de la competencia a equipos de una talla mayor. Porque en la Segunda eliminatoria Zona Metropolitana se encargó de dejar afuera a Deportivo Armenio, conjunto de una categoría superior. Y porque en la Cuarta eliminatoria se le animó a Platense en el reducto del equipo de Vicente López, empató el partido sobre la hora con un jugador menos y logró la épica clasificación a través de los tiros desde el punto penal. San Lorenzo es su próximo objetivo.
La historia del equipo de Campana en la Copa Argentina comenzó el 14 de septiembre con la victoria 3 a 1 ante el conjunto de la colectividad armenia, en el estadio de Ingeniero Maschwitz. Los goles fueron convertidos por Maximiliano Cóceres, Mariano Gorosito y Yair Rodríguez, ex Independiente. Semanas más tarde, el 5 de octubre, Dálmine hizo la heroica al eliminar a un grande del fútbol argentino como Platense, que ganaba con gol de Alexis Blanco pero acabó por empatar tras un tanto de Marcos Jendrulek en el último minuto. El Violeta a esa altura ya jugaba con diez hombres por expulsión de Sebastián Giardino. Y siguió haciendo historia desde los doce pasos, donde el local falló tres de sus cuatro remates para que Dálmine gane 3 a 1 y logre el pase a los 32avos. de final del certamen.
“El gol ante Platense fue el más importante de mi vida y por suerte sirvió para clasificar”, señala Jendrulek. “Nosotros estamos preparados para luchar, somos unos guerreros. Deportivo Armenio y Platense nos subestimaron, así que podemos dar el golpe contra San Lorenzo”, se anima el mediocampista que marcó el tanto de la victoria ante El Calamar.
El equipo dirigido por Walter Otta también disfruta de un presente auspicioso en la Primera C, donde se ubica segundo a sólo dos puntos del líder UAI Urquiza. “Nuestro objetivo es el campeonato. La Copa es un torneo aparte y el grupo está mentalizado en lograr la liga”, admite De Nicola.
“Vinieron muchos jugadores importantes, somos un equipo nuevo. Estamos en formación y hay que aceitarlo, pero por suerte estamos ganando y es lo que se necesita para tener confianza. La Copa es algo extra que nos ayuda económicamente. Vamos a ir a ganar a donde sea porque sabemos que se juega por dinero”, agrega el arquero Violeta, que supo convertir goles en All Boys e incluso en Villa Dálmine.
Villa Dálmine suele emplear una táctica formada por cuatro defensores, cuatro mediocampistas y dos delanteros. La defensa se la reparten entre Eduardo Dávila, Julio Navarro, Damián Acosta y Federico Gásperi, aunque suelen alternar con Ezequiel Fernández y Bernardo Zeballos, que en su debut en Primera División con Chacarita, en la temporada 2009/10, solía actuar como mediocampista central o por la izquierda. Gastón Sánchez, Horacio Falcón, Cóceres, Jendrulek, Renso Pérez, Mariano Tríbulo y Yair Rodríguez son algunos de los mediocampistas que conforman el plantel, siendo Raúl Pérez el creador de juego por excelencia. Los delanteros titulares de Walter Otta son Sergio Diduch y José Manuel Caspary, aunque también forman parte del poderío ofensivo Ricardo Campi, Mauro Cristaldo, Gorosito y Damián Salvatierra, quien recientemente superó un esguince de rodilla.
En el torneo de Primera C, Dálmine acumula siete victorias consecutivas y está a sólo un triunfo de igualar el récord de la temporada 1998/99. En aquel momento el equipo se llamaba Atlético Campana y alcanzó los ocho éxitos al hilo entre el 10 de abril y el 15 de mayo de 1999. La mejor racha en la historia de la institución de Campana pertenece al torneo de 1961, cuando el Violeta comenzó el torneo de Primera D con 12 victorias seguidas y acabó por ascender tras superar a Arsenal de Sarandí en la final disputada en La Bombonera.
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