"Sería raro jugar un clásico ante Quilmes por la Copa"

Para Argentino de Quilmes, la era de gloria quedó demasiado lejos y la aspiración de volver a verse las caras ante un equipo de Primera sólo puede sustentarse a través de la Copa Argentina. Enfocado en emprender un lento pero seguro camino de regreso a los primeros planos, el Mate se armó a conciencia para afrontar el Campeonato de Primera C y su mayor arma en ataque cuenta con pergaminos suficientes como para ilusionarse. Sergio Marclay, delantero de 33 años con un buen paso por Quilmes y por Atlético Rafaela, forma parte del plantel y tiene la esperanza de darle un cierre decoroso a una carrera que comenzó en 1998, y que incluye como máximo logro un ascenso al Federal A con la camiseta de Gimnasia de Mendoza.

Este miércoles, Argentino de Quilmes tendrá su primera prueba en la Copa Argentina ante Dock Sud. Con la expectativa de llegar por primera vez a la Fase Final, el conjunto de Primera C afina detalles con la certeza de que Marclay tendrá su oportunidad como titular: “Tenemos muchas expectativas. Sabemos que este tipo de torneos son lindos porque te ayudan en el aspecto económico y deportivo. Ojalá podamos pasar”. Y agregó que “tendremos enfrente un rival duro. Venimos de ganarle a San Miguel. Tomamos este compromiso como una final porque sabemos que es a todo o nada”.

Con suficiente currículum como para ser uno de los nombres destacados de la Primera C, Marclay apuesta fuerte por Argentino de Quilmes y sueña con que la Copa le regale una gran alegría. Conocedor de la Primera División, espera que sus compañeros tengan la chance de verse las caras con una institución de la máxima categoría. “Con el tiempo se verá a quién podemos enfrentar.  Para este club sería hermoso llegar lejos. Sabemos que muchos de nuestros jugadores no son conocidos. Llegar a 32avos. podría darnos la posibilidad de mostrarnos ante todo el país”.

Marclay surgió en Quilmes y fue parte de varios de los equipos a los cuales se les negó el ascenso durante los últimos años de la década del 90 y principios del 2000. A continuación emigró a Atlético Rafaela donde, reconoce, ofreció su mejor versión: “Tuve tres pasos y siempre peleamos por objetivos importantes. Hice varios goles y la gente me tiene mucho cariño”.

El atacante que también defendió la camiseta de Everton de Chile contó que el público de Quilmes no le recriminó que haya decidido jugar en su clásico rival. Al contrario, afirmó que recibe felicitaciones por mantenerse en plena vigencia: “Siempre me dan muestras de aliento. Esto es un trabajo, y aunque todos saben de qué club soy hincha, me debo a Argentino de Quilmes y quiero aportar para que la institución vuelva a los primeros planos”. Sin embargo, no se imagina un clásico por Copa Argentina: “Sería raro, aunque al mismo tiempo nos vendría bien. Respeto a todos los rivales, pero ante todo soy un profesional”.