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El Bicentenario vuelve a ser el escenario de una fiesta xeneize

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Cada presentación del conjunto azul y oro en la provincia desbordó de euforia: el estadio se llenó al ritmo de las bandas folclóricas más reconocidas del Valle, de los cánticos de los hinchas; el Cerro de la Cruz Negra también tuvo su color.

El cuerpo y el corazón no son suficientes para albergar tanta pasión contenida. Boca vuelve a armar una revolución en Catamarca, esta vez, con Carlos Bianchi como entrenador, y los hinchas disfrutan por un acontecimiento que de no ser por la Copa Argentina Sancor Seguros, jamás podría haberse concretado.

El estadio Bicentenario luce imponente porque la ocasión lo amerita. El Boca de Riquelme, Martínez, Orion y Clemente Rodríguez enfrenta a All Boys y sus hinchas empiezan ocuparon las plateas y las populares embanderados y vestidos con la ropa representativa del club. Empezaron a construir su propia fiesta en la venta de entradas y esperan un triunfo que borre la frustración de haber perdido la Supercopa en esta misma provincia, ante Arsenal de Sarandí.

A Boca no le sobran argumentos futbolísticos para ilusionar a la gente y los resultados del semestre que está por llegar a su fin no fueron los esperados. Sin embargo, la llegada de Juan Román Riquelme es la respuesta ante tanta ilusión. Cada una de las almas xeneizes que esperan el encuentro todavía recuerdan el gol que el enlace hizo en Catamarca ante Deportivo Merlo y cuentan que una nueva genialidad del diez pagará el esfuerzo realizado para sacar alguna de las entradas que se pusieron a la venta.

La fantástica fiesta de Boca no conoce de límites. Se grita cada vez más y más con el paso de los minutos, y la intensidad que la gente le pone a la previa hace que el espectáculo sea aún más atrapante. Catamarca desborda de pasión una vez más.

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