Catamarca volvió a ser testigo de una noche de Copa Argentina
Independiente tuvo una gran recepción y su público, todavía golpeado por la situación con el descenso, dio muestras de apoyo; desde las 14 se juntó en el predio Catamarca Rugby Club para recorrer las cinco cuadras que lo separan del estadio Bicentenario. Arsenal vuelve al Valle tras la obtención de la Supercopa y también va por la clasificación.
Los hinchas de Independiente y Arsenal le ponen color al estadio Bicentenario de Catamarca y empiezan a ocupar sus lugares para disfrutar de un espectáculo entre dos conjuntos de Primera División que querrán ganar para meterse entre los mejores ocho clubes de la Copa. El arbitraje está a cargo de Mauro Vigliano.
El arribo del conjunto de Avellaneda a Catamarca movilizó a una provincia que no recibía a la institución desde 1968, cuando se gestó la visita para enfrentar a un seleccionado local. Por ese entonces, la idea de construir un estadio acorde para la provincia no era más que un sueño y eran pocos los que se ilusionaban con la llegada de los grandes para disputar un certamen oficial. La Copa Argentina les da la oportunidad y el público de Independiente le aporta calor a la noche, tal como lo hicieron Boca, River, San Lorenzo y Racing en su momento.
La Peña Roja de Catamarca organizó una bienvenida para los jugadores, que retribuyeron las muestras de cariño con la firma de autógrafos. El público de Independiente siempre demostró apoyo pese a que el equipo llegó golpeado por la apremiante situación con el descenso.
Arsenal no quiere ser menos y un grupo de hinchas llegaron para ocupar su tribuna. El conjunto del Viaducto disputó sus dos partidos por Copa en Buenos Aires, pero ya sabe lo que es festejar en el Interior; en Catamarca obtuvo la Supercopa tras superar a Boca en los penales.
Catamarca vive una etapa soñada: a la presencia de Independiente y Arsenal se les sumará las de Boca y All Boys, que jugarán en el Bicentenario el próximo miércoles para definir otro clasificado a Cuartos. El público, cálido y respetuoso ante los protagonistas, vive un momento soñado y lo demuestra con una fiesta en las tribunas y en las adyacencias al estadio.
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