La figura de Severino iluminó a Atlas
Wilson Severino, el personaje de película que presentamos en la Copa Argentina Sancor Seguros, arrancó la competencia a puro gol: marcó el tanto con el que el equipo de General Rodríguez superó a Yupanqui por 1 a 0 y dijo estar contento por la clasificación a la siguiente ronda: “Ellos terminaron con cinco delanteros pero nosotros siempre les jugamos a la par”.
Letal en el área y desenvuelto para contar con lujo de detalles una historia familiar y futbolística con la que muchos jugadores del Ascenso se identifican, Wilson Severino es el espejo en el que más de uno se ve reflejado. El delantero volvió a poner al servicio del equipo sus capacidades goleadoras para darle a Atlas la clasificación a la Segunda eliminatoria de la Copa Argentina Sancor Seguros. El protagonista del partido le contó al sitio oficial de la Copa los detalles del tanto: “Carrizo tiró un córner y yo marqué de la forma que menos suelo hacerlo. Fue por instinto pese a que siempre saco diferencia por mi capacidad. Se la cambié de palo al arquero y no pudo llegar”.
Una vez más, demostró que confía al máximo en sus condiciones y lo demuestra en cada palabra. No dudó en afirmar que podría jugar en Primera y dijo: “No tengo nada para envidiarle a ninguno; es más, ellos me envidiarían a mí”. Un personaje desenvuelto y entrador que abrió su intimidad y nos habló sobre su dura historia familiar, la ausencia de su padre, sus comienzos futbolísticos y una realidad que lo tiene como máximo referente de Atlas, el equipo que todos miran por Fox Sports.
Asiduo recurrente de los bailes organizados por sus amigos, Wilson, nacido en Río Cuarto hace 32 años, empezó a meterse en el fútbol del Ascenso por casualidad. Un conocido lo llevó a probarse a Central Ballester y el entrenador pidió que se quedara antes de verlo; se había sorprendido con su altura y su porte físico: “Quizá, mi mayor desventaja fue que arranqué a los 24 años. Si probaba antes, podría haber llegado más lejos”.
Wilson Severino ya se ganó el cielo con la camiseta de Atlas y también deja al descubierto su capacidad goleadora en la Copa Argentina. Sin embargo, fue consciente desde un principio que el fútbol no le daría de comer y empezó a trabajar: “Arranqué como barrendero en la estación de trenes de Grand Bourg y desde hace seis años me ocupo de desarmar las formaciones de trenes en Boulogne. Entro a trabajar a las 11 de la noche, salgo a las seis de la mañana, y voy a entrenar a las 15.30”. Tan sacrificado en el fútbol como en la vida, reconoció que se le escapa una sonrisa cada vez que ingresa al vestuario de Atlas y ve a sus compañeros intentando vender algún producto: “Me gusta cuando hay algún compañero que siempre quiere enchufarnos perfumes o bóxers. Aunque lamentablemente, también nos encontramos con chicos que siempre tienen alguna dificultad para pagar una cuenta. En ese caso, tratamos de ayudar. A ellos los entiendo cuando los insultan por un mal partido; es complicadísimo correr, matarte y llegar en plenitud mientras estás pensando en cualquier cosa. A todos ellos les pedí que se mataran contra Yupanqui porque nos jugábamos mucho”.
El delantero nacido en Río Cuarto tuvo dos etapas con la camiseta de Atlas. Esta arrancó tras un paso por San Martín de Burzaco, un equipo con mayor infraestructura pero también, con más presiones: “Ellos entrenaban a la mañana y a mí se me complicaba por cuestiones laborales. Recuerdo que una vez, llegué después del trabajo, me quedé dormido en el auto y el técnico tuvo que despertarme golpeándome la ventanilla”.
Severino cree tener condiciones para haber jugado en equipos de mayor importancia pero su situación laboral le impidió progresar ya que “prefiero ir a lo seguro. Tengo un buen trabajo y no lo quiero desaprovechar. Para ejemplificar, dos situaciones puntuales: Ricardo Caruso Lombardi le pidió que se uniera a una pretemporada de Tigre cuando jugaba en la B Metropolitana, pero los dirigentes decidieron que primero pasara una prueba y él no aceptó porque no le ofrecían una compensación económica. En 2010, consiguió entrenarse en Independiente Medellín pero debió ausentarse varios días de su trabajo y tuvo que regresar a la Argentina. “Siempre me tuve confianza. Cuando jugaba en Ballester, les decía de todo a mis compañeros cuando no me pasaban la pelota. Hago todo lo posible por llevar el plato de comida a mi casa y dejo la vida en cada partido”, manifestó.
Atlas se transformó en un club mediático desde su irrupción en la señal de Fox Sports y Severino es la cara visible del equipo que desde hace varios años lucha por ascender a Primera C: “La fama no me cambió en nada. Trabajo hace diez años y lo único que hago es firmar autógrafos. No soy agrandado y siempre tengo los mismos amigos. Cuando salgo en la tele pienso que podría haber jugado en la A, pero nunca se me acercaron formalmente. Como dije, no soy menos que ningún delantero de Primera y sé que haría goles en cualquier lado”. Fanático de River y seguidor de Juan Román Riquelme, cerró: “Sigo el fútbol argentino y me veo aguantando la pelota y generando situaciones en cualquier lado”.
“Veníamos de un momento difícil y los triunfos se nos estaban negando”, expresó Severino, el referente del equipo que empieza a soñar con alguna eliminatoria ante conjuntos de Primera: “Superamos a Yupanqui y queremos avanzar porque esta Copa es a un partido y todos se matan por ganar. Vamos a hacerle fuerza a cualquiera”.
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