La pasión de la Copa movió fronteras
Catamarca, San Juan, Salta y Chaco supieron ser buenos anfitriones de los equipos grandes durante la primera edición de la Copa Argentina. Las provincias demostraron pasión e ingenio para aportar fiesta y color.
La Copa Argentina fue un impulso que el fútbol del Interior reconoce. Su gente vivió una verdadera revolución con la inserción del torneo federal y la fiesta fue completa. Desde la llegada de los equipos más representativos del país a las provincias hasta su salida, el público disfrutó y gozó con la posibilidad de ver desde cerca a los ídolos que sólo pueden seguir por televisión.
Catamarca vivió sus jornadas más gloriosas con las llegadas de Boca, River y Racing, tres de los cuatro semifinalistas de la Copa Argentina. El Xeneize visitó la provincia en los encuentros ante Olimpo y Deportivo Merlo, pero la gran fiesta se vivió ante el conjunto bahiense. Una multitud recibió al equipo en el aeropuerto, el acompañamiento con una caravana hasta el hotel Casino fue estremecedor y la posterior firma de autógrafos en la puerta del sitio de hospedaje causó emoción por la cantidad de gente presente y las imágenes de los futbolistas sacándose fotos con los hinchas. El Millonario sólo estuvo en la provincia para el partido de 16avos. de final ante Sportivo Belgrano de San Francisco y la presencia de David Trezeguet fue motivo suficiente para que los simpatizantes aguardaran por la llegada del equipo en las inmediaciones al Aeropuerto Coronel Felipe Varela.
San Juan vivió la Copa como propia desde un primer momento. Cuyo vibró con el torneo de principio a fin pese a que su presencia en el fútbol grande de los domingos creció con la llegada de San Martín. River visitó la provincia para el encuentro de 32avos. y el choque entre Ariel Ortega y su ex equipo fue motivo suficiente para que el público se metiera en el corazón de la previa y el post del encuentro. Boca jugó tres partidos allí durante la competencia y en todas las oportunidades fueron una constante las imágenes de los hinchas abarrotados en las puertas de los hoteles. El fervor y la locura no fue tan fuerte como en Catamarca, pero alcanzó y sobró para que la pasión estuviera presente. Racing, finalista del torneo, adornó y llenó de color a la provincia con su presencia en el partido ante Boca. El hotel Alcazar se llenó de camisetas blanquicelestes y las calles aledañas al sitio fueron copadas por la gente.
Salta fue la provincia que más veces había recibido a los grandes antes del inicio de la Copa. Sin embargo, el fervor no se detuvo y las calles que cercan al hotel Alejandro I siempre se llenaron de público, banderas y camisetas. La plaza que bordea al hotel siempre se colmó los días de partido y durante las llegadas de los equipos al norte. Boca inauguró la presencia de grandes en la provincia con su encuentro ante Santamarina pero River copó la zona en los clásicos ante San Lorenzo y Racing.
Chaco se desacostumbró a recibir al fútbol grande y su gente vivió como un verdadero acontecimiento la llegada de Racing para enfrentar a Sarmiento de Resistencia. Pese a que el equipo académico llegaba en crisis tras perder el clásico de Avellaneda con Independiente, su gente copó el estadio Centenario de Chaco para seguir a un equipo que llegaba con todas sus figuras y con Luis Zubeldía sentado detrás de la línea de cal.
El éxito de la Copa Argentina no sólo se vio reflejado en la realización del espectáculo de los partidos y en la concurrencia del público a la cancha. Se buscaba para la nueva competencia un espíritu federal e integrador que diera rienda suelta al concepto de que el fútbol no se termina cuando se pasa la General Paz. El Interior respiró del deporte más hermoso de todos y ya aguarda por la segunda edición de la Copa para volver a demostrarle al mundo el verdadero colorido del hincha.
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