Boca se quedó sin Libertadores e irá de lleno por la Copa Argentina

La dura derrota en el estadio Pacaembú de San Pablo lo dejó a Boca como perdedor de su décima Final de Copa Libertadores (ganó seis y cayó en cuatro). El Timao, en cambio, consiguió su primera corona en esta competencia, y como invicto (el último ganador que tampoco había sido vencido fue justamente el conjunto de La Ribera en la edición de 1978).

"Estoy orgulloso de este equipo. El próximo entrenamiento lo tendremos el 16 de julio a las 10 de la mañana", declaró Julio César Falcioni, DT de Boca, en una corta conferencia de prensa que ofreció en el estadio donde Corinthians fue local y se consagró campeón. Por su parte, el capitán Juan Román Riquelme confesó: "No continúo en el club".

Más allá de que hará una pretemporada, y comenzará una nueva etapa con refuerzos y desvinculaciones como las ya confirmadas de Facundo Roncaglia al Fiorentina de Italia y la de Darío Cvitanich al Ajax de Holanda, Boca tendrá revancha en lo que podría ser su primer partido oficial en el segundo semestre. Es que el 8 de agosto protagonizará la Final de la Copa Argentina frente a Racing, en el estadio San Juan del Bicentenario.

Las últimas presentaciones que tuvo el Xeneize tanto en el torneo local como en la Libertadores demostró el desgaste que padeció el equipo después de haber disputado 38 encuentros entre el Clausura y las dos Copas. Con un grupo que contará con mayoría de los jugadores actuales, al margen de las bajas y las posibles incorporaciones, los dirigidos por Falcioni deberán arrancar de nuevo e intentar ganar el certamen federal como primer objetivo.

En el encuentro de vuelta de la Final de la Copa Libertadores, que terminó con el triunfo de Corinthians, Boca no pudo jugar con dos de sus titulares, ya que Juan Manuel Insaurralde se está recuperando de una lesión, y Roncaglia no tuvo un aval confiable de la aseguradora que lo iba a proteger de cara a su transferencia al Fiorentina. Encima, el arquero Agustín Orion salió dolorido en su pierna izquierda en pleno cotejo en San Pablo (lo reemplazó Sebastián Sosa).

Si bien los cambios en la defensa de Boca modificaron el andamiaje de la misma, el Timao hizo méritos para llevarse la primera Libertadores de su historia. En el partido que cerró con su semestre agitado, el conjunto auriazul finalizó con un sabor amargo. Sin embargo, el desquite, aunque sea diferente, lo tiene muy cercano. El 8 de agosto, la Final de la Copa Argentina lo espera. Y Racing será el próximo y primer gran rival a vencer para el Xeneize.