De la despensa a la cancha
Luis Aviles no sólo es futbolista de El Porvenir, además trabaja en la despensa de sus padres todas las tardes. El volante central, que fue figura en el triunfo ante Villa San Carlos por la Tercera eliminatoria, nos cuenta su historia y cómo se reparte el tiempo entre la pelota y El Chavo.
El 2 de julio de 1990, un día antes de que Sergio Goycochea se transformara en figura eliminando a Italia en los penales de la semifinal de la Copa del Mundo, nacía el amo y señor del mediocampo de El Porvenir en esta Copa Argentina: Luis Aviles. O simplemente, el Piru, como le dicen sus amigos.
Este joven volante central no sólo se destaca cada vez que su equipo sale a la cancha, sino que también lo hace en el almacén "El Chavo", negocio que sus padres, Juan y Emilia, abrieron hace 28 años.
Todos los días desde las 14 hasta las 18, y desde las 21 a las 23, el Piru trabaja en la despensa familiar, luego de entrenar todas las mañanas con su club.
Este mediocampista de 21 años, que viene de ser figura y patear el último penal de la serie dejando fuera del torneo a Villa San Carlos, también se hace un tiempo para llevar a su hermana Jaqueline, de cinco años, al jardín de infantes todos los mediodías.
Así son todos las semanas en la vida de Luis. Esta es la rutina de este joven que partido tras partido deja hasta la última gota de transpiración, como su referente e ídolo Javier Mascherano.
Aviles comenzó a jugar en la calle, como todo pibe de Villa Caraza, barrio donde se crió. El Piru mamó el sacrificio y ese es uno de sus íconos de vida. A los 7 años, un amigo de su padre lo vio jugar, y lo llevó a probarse a Defensores de Caraza. "Podríamos decir que ahí comenzó todo. Luego pasé por Unión Progresista de Alsina, hasta llegar a Lanús, donde estuve en la Novena división. Cuando llegué a El Porvenir, a los 15 años, también jugaba Futsal para Racing, pero decidí abandonar el fútbol reducido y dedicarme de lleno al de 11", recordó con una sonrisa.
En 2010 debutó en primera contra Luján: entró en el segundo tiempo de un 0-0. "Nunca me voy a olvidar de que estuve un año esperando la oportunidad, tenía muchas ganas de jugar y poder demostrar que podía hacerlo bien. Cuando el técnico me dijo que entrara, no lo podía creer. Fue una sensación inexplicable", dijo.
El entrenador que lo lanzó al campo de juego es Marmola. Luego estuvo dos partidos sin jugar y después, el mismo DT lo mandó a ocupar, de titular, el lateral derecho. Así disputó tres partidos. A partir de la pretemporada, en el verano, se afianzó de cinco. Desde entonces es titular en la posición que más le gusta. Hoy es gran protagonista del Blanco y Negro en todos los frentes.
"La Copa Argentina nos da la gran posibilidad a los jugadores del Ascenso para mostrarnos un poco, todos queremos llegar a la Primera A, y este certamen nos da la chance de que otros clubes más importantes nos puedan ver. La verdad es que es muy lindo jugarla", expresó entusiasmado el Piru.
De novio con su incondicional compañera Alejandra, desde hace siete años, este chico se ilusiona con la Copa: "El equipo esta afianzado y soñamos con llegar lo más lejos posible. Ganarla sería un sueño increíble", sentenció detrás del mostrador, Luis Aviles. Y culminó sonriente: "El Chavo, nuestro negocio, es una manera de vivir, mis padres me explicaron el oficio de ser almacenero y hoy me siento futbolista y almacenero. Para mi es un honor. Se como patear una pelota y como cortar 100 gramos de mortadela".