"El torneo es una bendición para los equipos del Ascenso"
Rodrigo Stalteri es de los pocos jugadores de la historia que transitó todas las categorías de nuestro fútbol lo que lo convierten en un verdadero héroe. El Pitufo, que pasó de la D a la Primera A sorteando escollo tras escollo, analiza las ventajas de la nueva competencia.
"Los jugadores jóvenes tienen una oportunidad que yo no tuve. Esa oportunidad se llama Copa Argentina". Así de claro y contundente define Rodrigo Stalteri al nuevo torneo, que le abre muchísimas chances de progreso y vidriera a los valores del ascenso. Y hablando del camino para llegar a la cima, Stalteri es uno de los pocos futbolistas de la historia que jugó en todas las categorías de nuestro fútbol. Por eso es palabra más que autorizada para charlar sobre lo que viene en la vida futbolística de nuestro país.
El Pitufo, como lo apodan desde hace ya varios años por su metro 67 centímetros, es un fiel reflejo del progreso en el fútbol y en la vida. A base de esfuerzo, sacrificio y humildad, transitó y jugó en todas las divisiones y marcó 87 goles: en la Primera D y C en Deportivo Lugano, en la B Metropolitana con Temperley y All Boys (donde logró el ascenso al Nacional B en la temporada 08´), en el Nacional B con Deportivo Español, Unión de Santa Fe, Atlanta, Tigre y en Primera División con Almagro. "Yo hice el paso por todas los escalones. No esquivé ninguno. Cuando empecé a jugar no era como ahora que se televisan los partidos de casi todas las categorías y los jugadores pueden mostrarse. Hoy, el ascenso te da posibilidades que antes ni siquiera entraban en el pensamiento más remoto. Encima ahora se suma la Copa Argentina que va a ayudar muchísimo en todo sentido: desde la vidriera de jugar en un estadio que quizá jamás conocerías (las sedes elegidas), hasta la posibilidad de ganarle a un Boca, River, San Lorenzo y que te vean en todos lados”.
Su paso por el ascenso le dejó momentos que lo marcaron. “Una de las anécdotas más felices de mi vida la tengo con Almagro el día que le ganamos 1-0 a Boca, en cancha de Ferro. Ese día la rompí y me acordé de todos los esfuerzos que había hecho para llegar a ese lugar y los progresos que tuve. Hay momentos en los cuales uno recuerda vestuarios sin agua caliente, sin siquiera unas bancos de madera para poder cambiarte. Y esas carencias luego te hacen valorar más una cancha en buen estado, unos utileros que no te hagan faltar nada”, dijo Rodrigo, hijo de Nicolas, camionero de ruta desde siempre, y de Norma, ama de casa. Y agregó: “Por eso me gustaría que en esta Copa se dé un partido entre algún equipo de la D y uno de Primera, me encantaría que el cruce sea entre Lugano y Boca”.
Gracias a las buenas actuaciones en las categorías menores, la carrera de Stalteri tuvo tres pasos por equipos del viejo continente: Ciudad de Murcia (España, 2001), Ancona (Italia, 2003), Taranto (Italia, 2004), Centese (Italia,2005), Ospedaleti San Remo (Italia 2008-2010) y Manduria Calcio (2011). “En Europa le dan muchísima importancia a la copas de cada país. En España, la Copa del Rey es casi tan importante como la Liga, y en Italia hasta los equipos grandes ponen a todos los titulares porque quieren ganarla”. El Pitufo también jugó en Chile (Cobresal) y en El Salvador (Chalatenango).
“Algo muy lindo del fútbol es que pude conocer y ser dirigido por muchos entrenadores. En Talleres de Escalada tuve como técnico al Chino Benítez, en Atlanta me dirigió el Chavo Anzarda, en All Boys lo tuve a Pepe Romero y en Temperley al Ruso Zielinski. Y también tuve muchos compañeros como Bazán Vera, Hugo Smaldone, el Chino Zárate, Nico Cambiasso y Mauro Laspada”. Y agregó: “En Almagro los tuve al Negro Enrique y al Tata Brown en esa dupla técnica que formó Diego Maradona allá por el 2000. Fue una experiencia única”.
Pero la vida del futbolista no es sencilla. Cuando no aparecen chances para jugar, el jugador tiene que ir formando su futuro. Por eso, Stalteri contó su incursión por el mundo empresario: "Durante un año tuve una zapatería en pleno Palermo Soho. Vendíamos calzados de mujer. El negocio lo atendía yo con otros empleados y me iba muy bien. Pero en enero de este año me fui a jugar a Italia y la tuve que vender".
Hoy está analizando ofertas de varios clubes para volver a jugar al país, y se entusiasma con poder jugar la Copa Argentina: "Es un torneo impresionante, me imagino que los jugadores deben estar como locos. Ellos saben muy bien que no todos van a llegar a jugar en Primera División por eso tienen que aprovechar esta oportunidad. La tienen que usar como un trampolín. Yo estoy seguro de que después de este torneo varios jugadores van a poder pegar el salto de una categoría chica al Nacional B o a Primera División. Esta Copa es una bendición para el ascenso”.
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