Boca finalizó el semestre como más lo deseaba. Campeón del Torneo de Primera y de la Copa Argentina, volvió a los primeros planos de la mano de un plantel que le dio nuevas estrellas a la institución. Autor de 12 goles entre ambos certámenes, Jonathan Calleri acompañó su crecimiento de la mano de un equipo que no falló en las instancias finales. El ex delantero de All Boys afirmó que cumplió un sueño, y que de ahora en más, luchará por su gran objetivo: la Copa Libertadores 2016.

“Haber sido campeón dos veces en pocos días me pone feliz y representa una alegría enorme. No se nos venía dando, pero creo que con humildad pudimos alcanzar todos los objetivos que teníamos”, expresó Calleri, quien se ganó su lugar a base de esfuerzo y personalidad. Sabía que tendría una gran exigencia, pero tuvo la tranquilidad necesaria para ser el centro delantero titular del equipo. Aún, sabiendo que en la primera parte del año, lo opacó la figura de Daniel Osvaldo.

Calleri se ganó su lugar a partir de la segunda mitad del año, y desde allí, no salió más. Formó una dupla letal con Carlos Tevez y fue importante para que Boca acumule dos trofeos tras más de tres años de sequía. “Nuestro objetivo es acostumbrarnos a ganar. El año que viene tendremos la Libertadores y la queremos pelear”, afirmó el delantero, quien recibió de parte de Daniel Angelici la promesa de que no se irá, al menos hasta mediados de 2016. Saben en la institución que lloverán las ofertas, pero la intención es clara: venderlo en una cifra millonaria, pero mantenerlo en el equipo seis meses más.

El aporte de Calleri en la Copa Argentina no fue tan importante como en el campeonato. Sin embargo, sus goles anotados ante Banfield y Guaraní Antonio Franco sirvieron para que Boca transforme en goleadas sus triunfos inobjetables. En el certamen de 30 equipos, en cambio, hizo diez tantos. Si se le suman las tres conquistas en la Libertadores, llega a la cifra de 15 goles en la temporada. Número para tener en cuenta, si se repara en el hecho de que el atacante arribó al club como una apuesta, y no como un jugador consagrado.