“Cuando entré pensé en mucha gente. En los médicos que me acompañaron, en los kinesiólogos, mi familia, mis compañeros y los hinchas. Viví todo con mucha emoción porque me costó mucho volver”. Martín Aguirre retornó al fútbol profesional una noche en Formosa, por Copa Argentina, y ante Liniers de Bahía Blanca. Había tenido su última vez en 2013 ante Quilmes, pero una serie de lesiones lo alejaron de las canchas. Este miércoles hizo su reaparición por el torneo integrador al reemplazar a Ariel Rojas a quince minutos del final.

Tomó contacto con la pelota en varias ocasiones, buscó la sociedad con Pablo Aimar, fue aplaudido por un público que valoró su esfuerzo por volver, y hasta estuvo cerca del gol con una arremetida sobre el sector izquierdo. Todo esto vivió Aguirre dentro del campo, más allá de que su partido haya comenzado cuando Marcelo Gallardo decidió darle una nueva chance al incluirlo en la delegación que viajó a Formosa: “Estoy feliz y tengo lindas sensaciones. Es todo hermoso porque esto es algo que esperaba con ansias. Todos me ayudaron para que mi vuelta pudiera darse de la mejor manera”.

Aguirre destacó que la victoria ante Liniers de Bahía Blanca fue la coronación de una noche en la que todo salió como él lo hubiese deseado de antemano. Para el, la Copa Argentina fue la posibilidad del regreso y vivió cada minuto con la intensidad de un joven que recién comienza: “Salió todo perfecto, se dio el triunfo y estamos felices porque este es otro de los objetivos que tiene este grupo. Ahora hay que ir por la punta en el campeonato y luego tendremos vacaciones”.

Al borde de las lágrimas, Aguirre vio recorrer en segundos un largo camino que incluyó muchos momentos de incertidumbre y pocos con certeza. Cuando parecía que se levantaba, el destino le daba un nuevo golpe y lo obligaba a volver a empezar. En un tiempo se dirá que una noche de junio de 2015, Martín Aguirre volvió a vestir la camiseta de River.