Historias de vida

El profesor del gol

Marcos Jendrulek

Marcos Jendrulek supo convertir por Copa Argentina para Villa Dálmine pero el sueño acabó cuando el equipo que por entonces jugaba en la C debió enfrentar a San Lorenzo.

El partido se moría y Platense estaba logrando una sufrida clasificación ante Villa Dálmine a través de una definición de Alexis Blanco, delantero con pasado en Independiente. A falta de ocho minutos para la finalización del encuentro, el entrenador Walter Otta mandó a la cancha al juvenil Marcos Jendrulek para buscar el milagroso empate. Increíblemente, y cuando ya se estaba jugando tiempo adicionado, el ingresado enganche sacó un remate que se metió de carambola y decretó la igualdad final, resultado que le permitió llegar a los penales al club de Campana, que terminó consiguiendo el sorpresivo pasaje a los 32avos. de final, instancia en la que se dio el lujo de enfrentar a San Lorenzo.

“Yair Rodríguez mandó un cambio de frente, la peinó Juan Manuel Caspary, y tras una pifia de un defensor de ellos, la pelota le cayó a Mariano Gorosito. Él desbordó, tiró el centro atrás, y me quedó justo a mí para meter el zurdazo, que entró después de rebotar en el arquero y en el taco del 2 (Javier Menghini) de Platense”, describió la jugada Jendrulek, actual opción de recambio en Villa Dálmine, que ascendió a la B Metropolitana tras consagrarse campeón. “Sin dudas que fue el gol más importante de mi vida, y por suerte sirvió para clasificar”, agregaba el volante, consciente del logro.

Tras la hazaña, el conjunto que por esos tiempos militaba en Primera C se metía entre los 64 mejores equipos del certamen. San Lorenzo se veía en el horizonte cercano pero el milagro no se pudo dar pese a que estuvo cerca de concretarse. El equipo de Campaña puso el 1 a 0 con un gol de Julio Navarro, pero Nahuel Benítez y Salvador Reynoso dieron vuelta el partido y el Ciclón acabó con el sueño.

La carrera futbolística de Jendrulek (20 años) tiene un estrecho vínculo con Villa Dálmine, equipo donde hizo las divisiones inferiores, y debutó en Primera en 2010. “Excepto por la Sexta, año en el que dejé de jugar por falta de ganas, hice todas las inferiores en el Violeta. En la Quinta salimos campeones, y después de convertir un par de goles en Cuarta, me subieron al plantel profesional”, señaló. Ese sacrificio realizado le permite tener los pies sobre la tierra, y soñar con un futuro prometedor en alguna categoría superior. “Soy consciente de que tengo que seguir esforzándome, ir paso a paso hasta llegar a cumplir el sueño de jugar en Primera A, o B Nacional como mínimo”.

Cuando tiene que describir su puesto en la cancha, Marcos lo caracteriza como extraño, ya que varía entre enganche y segundo delantero. “Siempre me gustó jugar como enganche, pero desde que subí a Primera el esquema me hizo terminar jugando como mediapunta o delantero externo. Por suerte ya me pude acostumbrar”, comentó. Además, el volante agregó que observa permanentemente a Lionel Messi por la televisión y trata de copiarle las jugadas. “Me gusta ver fútbol, y siempre intentó parecerme a Messi y hacer jugadas similares. Es obvio que estoy muy lejos, pero trató de copiarlo para mejorar en mi juego.”

Al margen de destacarse en Villa Dálmine como organizador de juego, Jendrulek es profesor de la escuelita del club Villa Dálmine. Ahí intenta que los chicos aprendan técnica y táctica, además de formarse como personas. “Me gusta enseñarle a los chicos las cosas que voy aprendiendo con el correr de los años. Es interesante poder mostrarles como se le debe pegar a la pelota, pero siempre priorizó el hecho de que sean respetuosos con los compañeros y rivales”, manifestó el protagonista de la proeza realizada por Villa Dálmine. Habrá que ver si alguno de sus alumnos consigue un logro similar.

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