Historias de vida

"No podemos arrugar"

Juan Huerta se asentó en Sportivo Italiano luego de pasar por Chicago, Estudiantes de La Plata, Chile y Almirante Brown. Tras reponerse de una fractura de tibia y peroné, quiere recuperar el terreno perdido. Sin embargo, no estará ante Atlético Tucumán ya que sufrió un desgarro.

“Nunca me puse a pensar porque me lesioné. Simplemente me tocó y me la tuve que bancar. Trato de no pensar en eso. Solo quiero jugar”. Juan Huerta debió pelearla desde muy abajo cuando se dio cuenta de que la suerte no estaba de su lado. En 2003, jugando para Nueva Chicago, se fracturó un dedo del pie. Tres años después, su caminó se encontró con una inesperada fractura de tibia y peroné mientras se asentaba en Estudiantes de La Plata.

“Tardé dos años en volver por un tema que no debería haberme llevado más de ocho meses”. Estaba en mi mejor momento. Estudiantes me había comprado el pase y me había ganado la confianza de Mostaza Merlo, un entrenador que me enseñó mucho”, recordó Huerta, quien debutó en Primera División vistiendo la camiseta de Nueva Chicago el día en que el conjunto de Mataderos venció a River por 2 a 1 en cancha de Vélez con un gol del delantero Ariel Jesús y otro de Martín Mandra. “Me puso la dupla Vega–Traverso”.

Pese a que la fractura de un dedo del pie le negó la posibilidad de jugar al fútbol durante un tiempo, Merlo lo buscó para Estudiantes porque quería recambio en una zona en que faltaba un futbolista polifuncional: “Surgió por un representante y me llamó Mostaza para llevarme. Siempre se lo voy a agradecer”.

Allá por 2006, la carrera de Huerta mantenía un presente que le auguraba un futuro prometedor. Con una edad considerable, empezaba a ganarse a la gente del Pincha y aspiraba a pegar el salto a un equipo más importante. Sin embargo, todo se cortó en forma abrupta, y él cuenta porqué: “Fue en un partido con Independiente en cancha de Quilmes. Estaba disputando una pelota en mitad de cancha y un rival se me cayó encima. No me acuerdo quien fue”. El resultado de los estudios arrojó una respuesta decepcionante: fractura de tibia y peroné. “Me dolió mucho porque, desde ese momento, cada vez que firmo con algún club, me preguntan por el tema de las lesiones. Me molesta que me cataloguen”.

Tras finalizar su recuperación, Huerta tomó su bolso y enfiló hacia Chile para jugar en el San Luis de Quillota, club que por ese entonces jugaba en Segunda División. “El técnico me llamó y me llevaron a préstamo por seis meses”. Pese a que la experiencia resultó favorable en cuanto a lo futbolístico, Juan vivió una situación que le hizo replantearse la posibilidad de permanecer en el país trasandino: “El 27 de febrero de 2010, viví el terremoto. Estaba durmiendo, eran las tres y media y noté que empezó a temblar todo. Al principio supuse que era algo normal. Cuando empecé a escuchar los gritos de la gente, me asusté. Por suerte, no estaba mi familia. Me puse debajo del marco de una puerta y esperé a que pase todo”.

El regreso a la Argentina se dio por intermedio de Blas Giunta, quien lo conocía y se lo llevó a Almirante Brown. Luego de un paso efímero, Mauricio Piersimone, entrenador de Sportivo Italiano, lo llamó para que se sume al Azzurro. “Iba a ir a un club de la B Nacional, pero no se pudo dar. Llegué de casualidad”.

Para Huerta, el presente en Italiano se ha trasformado en una revancha. “Acá me dieron tranquilidad. Este es un equipo ordenado y prolijo. Además, logré continuidad de la mano de Alberto Pascutti”. En cuanto a los objetivos grupales, el volante remarcó: “Estamos complicados con la Promoción, pero creemos que un par de resultados positivos nos pueden dejar cerca del Reducido”.

La participación de los equipos de Ascenso en la Copa Argentina es uno de los aspectos más importantes de la nueva competencia. Por eso, quien mejor que Huerta para contar cuales fueron las sensaciones de sus compañeros tras superar a Godoy Cruz por los 32avos. de final: “Todos lo vivieron como algo nuevo. Contra Atlético Tucumán no podemos arrugar. Queremos seguir avanzando”.

 

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