"La Copa Argentina es a todo o nada"

Tras siete años en el exterior, Cristian Nasuti volvió a la Argentina para vestir la camiseta de Vélez. Campeón de la Copa de Grecia con AEK Atenas, sueña con conseguir el torneo integrador, aunque sabe que no será tarea sencilla: "Enfrentar a clubes del Ascenso puede llevar a relajarnos y eso no lo podemos permitir. Tenés un mal día y te vas a tu casa". El Fortín debutará ante Sportivo Barracas, que milita en la Primera C.
En un plantel plagado de jóvenes con escasos partidos en Primera, Cristian Nasuti viene a ser la excepción a la regla. Por trayectoria y canchas recorridas en distintos lugares de Sudamérica y Europa, es una voz de referencia para un grupo de chicos que pedían a gritos por una voz de mando para la defensa. Y con 33 años y más de diez como profesional, el defensor parece haber encontrado su lugar en el mundo en Vélez, una institución que volverá a participar en la Copa Argentina. Con el objetivo de igualar o mejorar lo hecho por el Fortín en la edición pasada (llegó a Cuartos y perdió con Lanús), el ex River desea ser protagonista de una competencia que entregará un cupo para la Libertadores 2017. Experiencia le sobra: fue campeón de la Copa de Grecia con AEK Atenas.
“Empezamos aquel torneo contra equipos de Tercera y Segunda, pero a medida que pasamos quedaron los equipos más representativos. Le ganamos la Semifinal a Panathinaikos y la Final a Atromitos. Fue lindo porque éramos muchos argentinos en el plantel”, recordó Nasuti, quien cree que en Grecia y en Ecuador (donde vistió la camiseta de Emelec) pudo ofrecer su mejor versión: “Tuve continuidad y creo que eso es importante para que el jugador gane confianza. En Europa compartí equipo con Saja, Scocco e Ismael Blanco, lo que hizo que pudiera habituarme mejor al día a día. Eso fue clave para llegar a tener un buen rendimiento”.
La Copa Argentina será uno de los objetivos más importantes de un Vélez que no tendrá competencia internacional durante 2016. Nasuti apuesta fuerte a un certamen que afrontará por primera vez como jugador: “Es una linda chance para poder ser campeón, aunque sabemos que es muy difícil. Enfrentar a clubes del Ascenso puede llevar a relajarnos y eso no lo podemos permitir”. Además, el hombre que también vistió la casaca de Banfield expresó que un mal día puede llevar a una eliminación sorpresiva: “Hacés las cosas mal en 90 minutos y te vas a tu casa. Este tipo de certámenes son a todo o nada y nosotros tenemos que mentalizarnos para dar lo mejor y empezar a hacernos fuertes de entrada”. El conjunto de Liniers debutará ante Sportivo Barracas, recientemente ascendido a la Primera C.
Ubicado a seis unidades del líder Godoy Cruz en la Zona 1 del campeonato, Vélez busca una identidad de la mano de Christian Bassedas. Nasuti afirmó que está conforme con los 12 puntos obtenidos hasta el momento, pero piensa que algunos errores puntuales privaron al equipo de escalar aún más posiciones: “El club afronta un período de transición y el principal objetivo es conseguir una estabilidad económica. Lamentablemente, tuvimos chances de acerarnos más a la punta pero las desaprovechamos. Queda la bronca”. Para el defensor, la clave para mejorar pasará por obtener un mejor volumen de juego por mayor cantidad de minutos: “A veces nos quedamos sin ideas y cuando el rival se cierra, nos cuesta. Lo sufrimos pero creo que hay material para mejorar”.
El destino se encaprichó para que Nasuti no pudiera afirmarse de manera definitiva en la Primera de River. Tuvo la posibilidad, pero una lesión sufrida en la etapa en la que Daniel Passarella era el entrenador lo privó de ser uno de los defensores titulares. Probó suerte en Morelia de México y cuando debió retornar al club en el que se formó, Diego Simeone eligió otras opciones: “Uno tiene la espina, pero creo que cumplí cada vez que me tocó. Le hice un gol muy recordado a Boca y tengo lo más lindo, que es el reconocimiento del hincha. Me quedo con eso”. Vélez le abrió las puertas del fútbol argentino y su anhelo es demostrar que la dirigencia no se equivocó al buscarlo tras siete años en el exterior.
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