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Romero, el arquero que sólo jugaba en la Copa de Francia, hoy es una figura mundial

Gentileza: La Nación

El héroe de la Selección argentina en los penales ante Holanda tuvo un rendimiento impecable, al igual que varios jugadores como el líder Javier Mascherano. Después de haber afrontado un semestre sin tener tanta continuidad en Mónaco, brilló en las Semifinales para asegurar el pasaje a la Final contra Alemania.

Sergio Romero se transformó en una de las figuras de la Selección argentina durante el Mundial de Brasil 2014. Sin tener tanta continuidad en Mónaco, club al que llegó para disputar la temporada 2013-2014, el arquero contó con la confianza de sus compañeros y del propio cuerpo técnico para ser titular, pese a que en el último semestre había jugado cinco partidos por la Copa de Francia.

Al haber sido el arquero suplente de Mónaco durante la liga local, Romero debió aprovechar cada partido de su equipo en la Copa de Francia para demostrar su talento y sumar continuidad con vistas al Mundial. Su primer encuentro en este semestre fue el 5 de enero, en la victoria por 3-2 ante Vannes OC, por los 32avos. de Final. Luego, pasaron 17 días para una nueva participación del arquero, quien también estuvo en el triunfo por 3-0 contra Monts en los 16avos. Aquel cruce se recuerda por la lesión del colombiano Falcao.

El 12 de febrero, Romero volvió a defender el arco de Mónaco en una victoria ajustada contra Nice por 1-0, gracias a un gol en tiempo suplementario, por los Octavos de la Copa de Francia. Después de ese partido, la inactividad del arquero continuó hasta el 26 de marzo, cuando su equipo volvió a ganar. Esta vez con un contundente 6-0 frente a Lens, por los Cuartos. La última aparición del ex Racing sucedió el 16 de abril en la derrota por 3-1 con Guingamp durante el alargue de las Semifinales.

La eliminación de Mónaco en la Copa de Francia lo dejó a Romero sin continuidad hasta el Mundial. En su vuelta a Buenos Aires, el arquero se preparó especialmente en la Selección para llegar en óptimas condiciones, más allá de la falta de fútbol. Ya en Brasil, el misionero empezó a demostrar su talento desde el primer partido contra Bosnia, cuando tuvo tapadas clave que le permitieron al equipo obtener la victoria por 2-1.

Sumando grandes apariciones en cada uno de los encuentros, Romero se transformó en figura contra Irán, ya que mantuvo el arco imbatible para que Lionel Messi definiera la victoria por 1-0 sobre el final. A partir de los Octavos, el arquero no padeció goles en contra (apenas le marcó uno Bosnia y dos Nigeria en la fase de grupos) y hasta demostró ser capaz para atajar dos penales en la definición ante Holanda, por las Semifinales. Con 27 años, el misionero se sobrepuso a las adversidades y le ofreció seguridad a la Selección argentina. Su premio será nada menos que disputar una Final del mundo contra Alemania.

 

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