"Volver a jugar fue una lucha diaria"

Leonardo Ramos, quien suma ocho goles entre la B Metropolitana y la Copa Argentina, se hizo camino al andar y debió comenzar de cero tras pasar por Nueva Chicago en Primera División. Estuvo seis meses sin jugar y el conjunto de Ingeniero Maschwitz le abrió las puertas para mediados de 2012. Ahora sueña con vencer a Chacarita y acceder a la Fase Final I del torneo integrador.
Leo Ramos es el definidor de las jugadas en Armenio. El delantero lleva siete goles convertidos en la temporada de la B Metropolitana. Su obsesión por nunca darse por vencido es su virtud más destacada. Así se empeñó en hacerse un lugar en el fútbol. Debutó en Nueva Chicago en el 2009, club en el que gritó su primer y único gol en Primera División.
Sin chances de afianzarse en el equipo de Mataderos, Ramos decidió buscar suerte en otros destinos: El Porvenir, General Lamadrid y Huracán Las Heras, hasta llegar a Deportivo Armenio luego de seis meses sin jugar. “Nunca bajé los brazos y siempre creí que iba a encontrar mi lugar en el fútbol. Volver fue una lucha diaria, aunque nunca perdí la fe. Y hoy estoy satisfecho por el presente que estoy atravesando. Ahora me siento con confianza y estoy en un equipo de muy buenos jugadores”, describió el delantero de 24 de años, quien convirtió un gol en la victoria frente a Morón, por la Fase Inicial Metropolitana III de la Copa Argentina.
Armenio enfrentará a Chacarita este jueves a las 20, por la Fase Inicial Metropolitana IV del torneo integrador. Ambos equipos se ubican en la mitad de tabla en el torneo de la B Metropolitana (el Funebrero está séptimo con 33 puntos, mientras que el Tricolor suma 29 ) e intentan ser protagonista de un torneo que se destaca por las posibilidades que les brinda a todos los clubes de la Argentina.
“Los equipos están cada vez mejor. Para mí la categoría evolucionó mucho en los últimos años. Estoy convencido de que varios de mis compañeros tienen nivel de Primera. Ahora se ha tomado la decisión de intentar jugar”, relató el nacido en la localidad de Merlo, quien se destaca por su metro noventa de altura.
A un partido del cuadro principal, el equipo de Eduardo González dejó en el camino a Almagro (4-3 por penales tras empatar 1-1 en los noventa minutos) y a Deportivo Morón por 3-1. “Estoy convencido de que la Copa nos ayuda a mejorar el rendimiento individual y colectivo. Además de permitirnos soñar en grande. Nosotros pretendemos llegar lo más alto que podamos. Y deseamos un cruce con un grande”, afirmó Leo Ramos.
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