Las sucesivas lesiones fueron un obstáculo sin solución para la carrera de Facundo Bonvín. Salido de las inferiores de Boca, pasó por Racing, Argentinos, Quilmes, San Martín de Mendoza y Platense, además de haber jugado en Inglaterra (Newcastle y Sheffield Wednesday), en México (Dorados de Sinaloa), en Ecuador (Universidad Catóica) y en Colombia, país donde había decidido retirarse en 2009, tras defender la camiseta de Boyacá Chicó. Sin embargo, cuatro años más tarde, habló con la dirigencia y el cuerpo técnico de Gimnasia de Concepción del Uruguay para intentar su retorno en la pretemporada invernal.

“Mi idea era probar y ver cómo estaba. De antemano, sabía que, para volver a jugar profesionalmente, debía estar nueve puntos físicamente como mínimo. Primero hice diez días de base con el equipo de la Liga local, y luego arranqué la pretemporada a la par del plantel dirigido por Hilario Bravi”, narró Bonvín, quien pese a un auspicioso inicio de entrenamientos, volvió a penar por las molestias físicas. “Empecé de la mejor manera en los primeros días pero, cuando empezaron los doble turnos, me costaba, ya que tenía dolores recurrentes y debía tomar antiinflamatorios. Así que decidí juntar a los jugadores y el cuerpo técnico, y les comuniqué que no seguiría”, expresó.

Si hubiera vuelto, Bonvín podría haber aportado su experiencia para un cruce decisivo que afrontará el Lobo en el comienzo de esta nueva temporada: los Cuartos de Final de la Copa Argentina Sancor Seguros, con San Lorenzo como rival, este martes desde las 21.30, en Chaco. “En todos los entrenamientos se hablaba de ese partido. Los jugadores saben que se puede, están muy enchufados y haciendo las cosas de la mejor manera”, comentó, al haber sido testigo privilegiado de la motivación del plantel cuando compartió las prácticas.

“Toda mi vida quise dedicarme al fútbol y por suerte lo pude hacer durante un tiempo. Llegué a jugar en dos clubes grandes, pasé por Europa y distintos países de Sudamérica. Por un lado, estoy contento por haber podido llegar, pero me hubiese gustado consolidarme en Boca o en Racing”, sentenció el ex atacante, que llegó a participar de dos encuentros por la Copa Sudamericana y tres por la Libertadores, además de 24 partidos en la Primera del fútbol argentino.

Actualmente, Bonvín tiene un negocio para bebés llamado “Crecer Juntos” y maneja un complejo de paddle junto con un amigo. Está radicado en Concepción del Uruguay, ciudad de 80 mil habitantes en la que “la siesta es sagrada y se vive a un ritmo mucho más tranquilo que en Buenos Aires”. De todas maneras, no descarta en un futuro seguir ligado al fútbol, en el rol de técnico o de ayudante de campo: “Me interesa, lo hablé la semana pasada con el Pampa (José María) Calvo, que ya terminó el curso de entrenador y tiene ganas de dirigir”.  

“San Lorenzo es uno de los equipos que mejor se reforzó y será difícil. No hay que dejar de lado que Gimnasia es aguerrido, tiene una defensa sólida que le permitió llegar a los penales en cuatro de los cinco partidos. Más allá de la diferencia de categoría, es un único partido, así que se puede dar la sorpresa”, cerró Bonvín con su análisis acerca de un partido de Cuartos de Final que, de no ser por los infortunios físicos que padeció a lo largo de su carrera, podría haberlo tenido como protagonista.