Historias de vida

"Cuando no voy a la cancha se me viene el mundo encima"

René Battan, con la camiseta de Talleres image1 image2 image3 image4 image5

René Battan es fanático de Talleres y le contó al Sitio Oficial de la Copa Argentina Sancor Seguros algunas de sus anécdotas más salientes en el tablón. Recordó cuando fue a la reinauguración de La Boutique, días después de haber sido operado por una dura enfermedad, y desea que su equipo vuelva a Primera rápidamente.

Dice que faltó a nueve partidos en 43 años y hay que creerle. Sus palabras delatan una pasión inexplicable, sólo entendible para quienes siguen a su equipo a todos lados. Si hasta fue a la cancha cuatro días después de haber sido operado de un cáncer de piel, con el cuerpo deteriorado por la enfermedad, pero con el corazón expectante por ver a su Talleres querido.

René Battán tiene 65 años, es albañil y cuenta que sigue a Talleres desde que es adolescente. Recorrió el país de punta a punta, viajó por Sudamérica cuando el club disputaba torneos internacionales y afirmó que “si no puedo ir a la cancha, me vuelvo loco. Es indescriptible lo que siento porque tengo que escucharlo por radio y siento que se me viene el mundo encima”.  

Cuenta el protagonista de la nota que fue operado hace cinco años de un cáncer de piel y que debió ausentarse de las canchas durante cinco fechas, cuando Talleres todavía jugaba en la B Nacional. Pese a la recomendación de su médico, volvió a ver a la T antes de lo previsto y sin avisarle, pero tuvo la mala fortuna de que su rostro, cubierto en su mayoría por vendas, salió en la televisión: “Me querían matar todos (risas). Lo hice por pasión y lo volvería a hacer porque Talleres es mi gran amor y toda mi familia lo sabe. Nadie me va a poder cambiar lo que siento”.

Battan vive un momento de felicidad con la actualidad de Talleres. Su vida depende de las alegrías y tristezas que le brinda el conjunto albiazul, y gracias a los últimos resultados deportivos del club, su estado anímico es óptimo: “Estamos con mucha confianza y me siento pleno por haber ascendido a la B Nacional y por seguir avanzando en la Copa Argentina. Estaba cansado de ir a los estadios del Argentino A”. El hincha más caracterizado de la T contó que estuvo en Chaco presenciando el triunfo ante Newell’s y dijo que vio el encuentro desde un sector privilegiado: “Estaba en la platea baja, cerca de Martino. Se notó que estaban mal pese a que ellos habían hecho una diferencia en cuanto a lo físico. Les dolió haber quedado afuera”.

El Argentino A no permite el ingreso de hinchas visitantes pero Battán ya es uno más en la delegación que viaja a las distintas provincias: “Voy con la gente de prensa. Estoy en todos lados desde 1969 y ya renové mi abono para seguirlo en la B Nacional”.

La primera muestra de amor de René hacia Talleres se produjo a los 14 años: sin que su padre lo supiera, se tatuó el escudo del club con tinta china y cinco agujas. Quiso demostrar que el fanatismo era inusual y vive una vida ligada al club del cual es hincha. Suma vivencias con el paso del tiempo y recuerda un encuentro en particular: "la Final que jugamos en la B contra Belgrano en 1974. Fuimos al Barrio Alberdi y ganamos 2-1 con un golazo de Daniel Willington".

Memorioso, podría acordarse de uno y cada uno de los futbolistas que vistieron la camiseta de Talleres. Vivió desde cerca la década del ’70, fue testigo de la increíble Final perdida con Independiente en el Nacional 1978 y estuvo presente en la caída deportivo e institucional del club, que lo llevó a peregrinar por las canchas del Argentino A. “Para mí, Talleres es todo”, cerró.

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