Sin duda alguna, Gabriel Peñalba recordará al 2012 como un año negativo en su carrera futbolística. El mediocampista sufrió el síndrome de Guillain-Barré, un virus que incapacita al cuerpo de sentir varias sensaciones (como por ejemplo el calor, y el dolor), además de paralizar progresivamente los músculos. Esta enfermedad lo alejó de las canchas durante la mayor parte del año, y el regreso fue difícil para el por entonces jugador de Argentinos, ya que no pudo tener un nivel interesante y le costó llegar a la titularidad.

Este 2013 puede ser distinto para el volante de 28 años. Próximo a incorporarse a Tigre (solamente resta la firma del contrato), donde será nuevamente dirigido por Néstor Gorosito, tendrá la posibilidad de jugar tres competencias: la Libertadores (disputarán el repechaje ante Anzoátegui de Venezuela), el Torneo Final y la Copa Argentina. En el certamen federal, debutará en la etapa de 24avos. contra Juventud Antoniana, del Argentino A. A nivel individual, este campeonato le brindó a Peñalba la mayor alegría durante la temporada pasada: le convirtió un gran gol a Racing de Olavarría en los 32avos. de la edición anterior.

“Es un torneo que les da oportunidades a los clubes de Ascenso, y genera que el fútbol argentino sea más competitivo. A los equipos de las menores categorías les da prestigio, porque pueden enfrentarse con rivales de Primera, e incluso algunos llegan a medirse ante los conjuntos más importantes del país”, reflexionó Gabriel, quien tuvo experiencias europeas en certámenes de este estilo: con Lorient disputó dos Copas de Francia, y con Cagliari la de Italia. La mejor campaña fue con el conjunto francés, en la temporada 2009-2010, cuando perdió en Cuartos contra Lille. “Tengo grandes recuerdos de esas competencias. Mi mejor partido fue para el Lorient, en la derrota ante Saint-Etienne de la Copa 2010-2011. Si bien perdimos, marqué un gol”.

Con relación a su meta, Peñalba fue claro: “Estoy esperando hacer una buena pretemporada después del virus, que me tuvo ocho meses sin jugar. Así que el objetivo es arrancar el próximo torneo de la mejor manera. Me encantaría volver al nivel que tuve antes de irme a Europa, y tratar de jugar la mayor cantidad de minutos posibles”. En cuanto al encuentro contra Juventud Antoniana, por Copa Argentina, el nacido en Quilmes hizo su análisis: “Son equipos conformados por chicos con hambre de gloria, que se motivan mucho cuando juegan contra rivales de Primera. Hay que estar atento, y jugar con la seriedad debida. El fútbol tiene tanta igualdad que todos los partidos salen muy parejos”.