Su acento se distingue del otro lado del teléfono pese a que las costumbres argentinas lo transformaron en un sudamericano más. Carlos Javier Pascual, más conocido como Chavi, defiende los tres palos del arco de Sacachispas con la intención de ganarse un lugar en el fútbol nacional.

Nació en Bilbao hace 31 años y llegó para probar suerte tras algunas experiencias en distintos equipos del Ascenso español: “No tengo ningún familiar en Argentina pero me animé a venir a través de un representante. No firme en otro lado, a último momento me apareció esto y llegué para probar. Me adapté bárbaro y creo que se me está pegando el acento por los compañeros del club (risas)”.

“Me llaman Chavi porque mi nombre es Carlos Javier. No tengo nada que ver con el jugador de Barcelona”, aclaró en el comienzo. Nunca tuvo la posibilidad de llegar a integrar la Selección española pero conoce a algunos de los mejores intérpretes el conjunto dirigido por Vicente Del Bosque: “Mantengo una amistad con Jordi Alba y David Silva. Al primero lo conocí cuando jugaba en Nástic. Vino a préstamo del Valencia y tuvimos relación desde el principio. Con David empecé a hablar cuando llegó al Eibar, aunque con él perdí contacto porque está en Inglaterra. A Jordi lo saludo cada vez que viajo a Barcelona. También tengo muy buena relación con Maxi Caire, que está en Colón”.

“Emprendí esta aventura para valientes y estoy contento con la decisión de haber venido porque creo que acerté. Tengo contrato por un año y trabajo día a día con mucha ilusión. Hasta conseguí pareja acá”, contó el arquero, quien también atajó en Barakaldo, Real Oviedo, Racing de Santander, Osasuna y Athletico de Bilbao, equipo en el que hizo las inferiores, aunque no llegó a debutar.

La convicción de sus palabras delatan que está convencido de haber elegido la mejor opción. Tuvo la oportunidad de seguir en España pero emprendió viaje a Sudamérica para despuntar el vicio del fútbol argentino. “Me gusta cómo viven este deporte aquí. Yo me la jugué y me fue bien. Cada minuto tienes a la hinchada alentándote y eso me encanta. Bilbao es de lo más pasional de España pero no se puede comparar”.

Acoplado a los vaivenes del fútbol argentino, Chavi reconoce diferencias entre lo que ocurre de este lado del Atlántico y España: “Aquí hay mucha presión por ganar, no hay tiempo para respirar y se juega muy acelerado. Por suerte me adapté rápido y mis compañeros me fueron dando una mano”.

31 años sobre sus espaldas no le impiden a Pascual soñar con el paso a un equipo de mayor importancia: “Creo que mi edad me permite tener margen y estoy muy bien físicamente. Ahora quiero zafar del descenso con Sacachispas.

El Lila inició su camino en la competencia con una goleada ante Lugano y este miércoles cayó 1 a 0 ante Almagro. Chavi fue al banco de suplentes y no tuvo la posibilidad de jugar. Sin embargo, se rescata su experiencia en la primera edición.

Pese a la caída sueña despierto Chavi Pascual, el arquero que se ilusionó con jugar en España y llegó a la Argentina por las idas y vueltas de una profesión cambiante. “Acá ya soy uno más”, afirmó con la seguridad de quien confía en sus condiciones.