La participación de Kimberley de Mar del Plata en la edición 2017 de la Copa Argentina tuvo su inicio con una igualdad 2-2 como visitante ante Argentinos de 25 de Mayo. Gran parte de la responsabilidad de que su equipo haya sacado dicho resultado fuera de su casa fue del juvenil volante Matías Barreiro. Quien a sus 19 años busca consolidarse definitivamente en el club para pegar el salto a una categoría superior. Algo que desea no sin antes darle alguna alegría al público del Dragón.

El zurdo que hizo su debut en el Federal B durante 2015 marcó los dos tantos de la igualdad en el primer compromiso oficial del año. Y este domingo desde las 17.30, será la revancha en Mar del Plata. Allí, Kimberley buscará llegar a la Segunda eliminatoria Fase Preliminar Regional Grupo B con el objetivo de quedar un paso más cerca del cuadro principal. Objetivo del cual Barreiro quiere formar parte: “Sería lindo para el club y el desafío siempre es ir por más. Hace años que venimos teniendo buenos torneos, aunque llegar al cuadro principal de la Copa es algo que nunca se pudo conseguir. Ojalá se pueda dar”.

Estudiante del profesorado de Educación Física, Barreiro divide sus tiempos entre la carrera universitaria y el fútbol, sus dos pasiones. Hizo todas las divisiones inferiores en Kimberley luego de haber hecho pruebas en Lanús y Newell’s Old Boys: “No me quedé por decisión propia. Extrañaba mucho a mi familia y decidí volver a Mar del Plata”, afirmó quien también pasó por Racing a los 12 años. 

No fue la primera vez que el zurdo marcó dos goles en un partido. Ya le había tocado durante 2016, en un encuentro ante Ferro de Las Flores, por el Torneo Federal B. Y este miércoles repitió para darle a Kimberley un valioso empate como visitante por la Copa: “Sabemos que anotar fuera de nuestra casa vale doble y eso nos deja bien parados para la revancha. Fue un buen resultado, teniendo en cuenta que jugamos en una cancha muy difícil”. Y cerró con un sueño. Similar al que tienen muchos de los futbolistas de la Zona Regional que toman al torneo integrador como una plataforma para demostrarse a sí mismos de lo que son capaces: “Quiero enfrentar a un club de Primera. No importa cuál. Estaría bueno que me vean y eso me genera ilusión para pegar un salto”.