Lanús arrasa en la Zona 2 del campeonato de Primera y lidera la tabla con 19 puntos. Demuestra partido a partido un estilo de juego ofensivo y agresivo de la mano de un Jorge Almirón que supo darle un estilo propio al equipo. Sin embargo, todo comenzó con la solidez defensiva y Diego Braghieri es gran responsable de que el Granate haya tomado el papel protagónico del campeonato. A sus 29 años, el marcador central surgido en Rosario Central vive un gran momento personal que ha repercutido en sus rendimientos dentro del campo de juego. Sueña con ser campeón y, por qué no, con volver a ganar una Copa Argentina que ya obtuvo en la edición 2012-2013 con la camiseta de Arsenal.

“El equipo está muy sólido y poco a poco se ha ido incorporando la idea del cuerpo técnico. Creo que la clave es que tantos los titulares como los suplentes hacen la diferencia cuando tienen la chance de mostrarse”, expresó Braghieri, quien en compañía del paraguayo Gustavo Gómez ha hecho de la defensa de Lanús un sector inexpugnable para los delanteros rivales. “Siempre tratamos de jugar por abajo. Almirón nos recalca permanentemente que le demos opciones de pase a los compañeros. Cuando lo conseguimos, tomamos confianza", expresó el ex Rosario Central, club en el que jugó 104 partidos entre 2006 y 2011.

Braghieri cree que, más allá del gran presente, Lanús todavía no es candidato al título. Y piensa que sentirse como tal podría generar un bajón en el rendimiento: “Hay que ser conscientes de que todavía no ganamos nada. Debemos aprovechar que muchos equipos juegan Libertadores para seguir sacando diferencias”. Para el defensor, la doble competencia es un privilegio para pocos, pero al mismo tiempo, tiene un efecto negativo que produce una merma física y mental: “Cuando tenés que salir a la cancha tan seguido, el cansancio se siente y las piernas no responden de la misma manera. Nosotros tenemos que estar atentos para seguir arriba”.

Salvo las Semifinales ante All Boys, Braghieri disputó todos los partidos de la Copa Argentina que Arsenal ganó en la temporada 2012-2013. Fue el primer título del defensor, y al haber sentido el sabor de ser campeón, tiene los recuerdos más felices: “Si me tengo que quedar con un momento, elijo la Final con San Lorenzo. Gustavo Alfaro planteó el partido de manera brillante y sólo nos vimos ganadores cuando empezamos a marcar diferencias en el resultado. La entrega de medallas fue muy emocionante”.

El santafesino estuvo cerca de repetir con Lanús en la Copa pasada, pero Boca se interpuso en su camino en las Semifinales: “Nos quedamos con un sabor amargo porque teníamos al torneo como nuestro gran objetivo”. Sin embargo, el 2016 le dará revancha: “Queremos volver a llegar lejos porque es un certamen que me gusta mucho. Siempre es una cuenta pendiente ganarlo”.