ENTREVISTAS

“El partido con Boca fue un antes y un después”

Rubén Darío Forestello Foto:

Rubén Darío Forestello, entrenador de Atlético Rafaela, fue el DT que transformó a Santamarina en una de las revelaciones de la Copa Argentina. Debido a la gran campaña con el conjunto tandilense, el pampeano pasó (en marzo de 2012) a la Crema, un club que conoce por haber sido el delantero del equipo entre 2002 y 2004.

La Copa Argentina impulsó la aparición de futbolistas ignotos que pudieron pasar a equipos más importantes. Esta tendencia sucedió en un técnico. Es que a Rubén Forestello, desde aquella casi hazaña con Santamarina, se le abrieron las puertas en su querido Rafaela, al que también dirigió en el certamen federal, cuando cayó por penales contra Atlético Tucumán, en Octavos. El crecimiento de categoría para el DT fue destacable: tres divisiones superiores.

El 2 de febrero de 2012, Santamarina de Tandil estuvo a minutos de eliminar a Boca de la Copa (el Xeneize terminaría triunfando por penales). Este cuadro del Argentino A, que de un día para el otro se hizo conocido en el fútbol nacional, tuvo un cerebro detrás del objetivo con apellido Forestello. El técnico llevó a la humilde institución hasta los 32avos. de Final, luego de avanzar tres eliminatorias.

“El partido con Boca fue un antes y un después. Y fue el resultado de lo que veníamos haciendo. En Santamarina hubo un proyecto serio. Pablo Bossio (el presidente) dio vuelta el club. Se han mejorado todas las instalaciones. Nos podíamos defender en cualquier cancha. En el torneo local, perdimos dos de 26, ganamos diez y empatamos el resto”, comentó el Yagui, en una charla con el Sitio Oficial.

Gracias a la actuación que tuvo como DT de Santamarina, Forestello fue contratado por un equipo de Primera como Rafaela. “Mi pase se dio porque yo ya fui jugador, manager y ayudante de campo del club, aunque seguramente influyó mi desempeño en la Copa Argentina”, aclaró el ex futbolista de Banfield. Debido a su mejora profesional, el hombre de 41 años opinó si es que casos como el suyo se pueden dar seguido en otros colegas: “Depende de cada persona y de cómo ha dejado cada uno a sus instituciones. Pero hay varios técnicos jóvenes con ganas de crecer y dedicarle tiempo a la profesión”.

Pese a su salida gloriosa de Santamarina, Rubén contó cómo fue su alejamiento: “Se me hacía muy pesado. Estaba a 900 kilómetros de casa. A la dirigencia le dolió, me han dado todo lo mejor. Pero comprendieron la propuesta que me había hecho Rafaela. Por eso y además de rescindir el contrato, dejé un mes y medio de premios adentro. Después de la derrota con Godoy Cruz (tercera fecha del Torneo Inicial), recibí un llamado de ellos”.

Si bien es un entrenador que su primera experiencia la tuvo en 2006, en El Porvenir, recién en marzo de 2012 asumió en un conjunto de Primera. “Estoy tranquilo, trabajando y dedicándole tiempo. Somos un club muy chico, vamos a sacar más resultados malos que buenos. Tenemos que empezar todas las semanas remando, pero con la actitud necesaria. Como en el 2 a 2 contra Boca en el torneo pasado. Por lo menos, debemos hacer 24 puntos”.

Teniendo en cuenta sus experiencias en las diferentes divisiones, el surgido futbolísticamente en Almirante Brown comparó la forma en la que se juega en cada una de ellas: “Se ha emparejado desde lo físico y se juega a una velocidad mayor. Es más agresivo el juego en las categorías menores. El entendimiento de resolución es mucho más ágil en Primera”.

Forestello, un entrenador que, a base de perseverancia, sigue creciendo en el cargo y no se pone un techo a futuro. “Estoy en una etapa de aprendizajes. Es una carrera muy hermosa. Mi gran objetivo es intentar mantenerme como técnico de Primera”, cerró.

 

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